Pecado eres y pecado soy…
Anduvimos tú y yo por el sendero del olvido
y nos encontramos
y fuimos una equivocación del deseo.
Pecado eres y pecado soy…
Anduvimos tú y yo por el sendero del olvido
y nos encontramos
y fuimos una equivocación del deseo.
Estoy aquí con mi ligera
humedad,
nubes de impaciencia
cubren mi mente revuelta.
¡Nada tengo!
Ningún hogar
ando desértica en la ciudad,
mientras colecciono
mis sueños,
Soy una semilla
en las redes
de mi madre.
Su calor enciende
mi amor por ella.
Su lucha es
Olvidaré mi nombre
en mis recuerdos.
No recordaré enjugar
mis lágrimas
por la tristeza del ayer,
Nada es el amor perdido.
Nada es todo y nada es nada.
Lo tenía todo que era tu amor
y hoy tengo tu abandono
Mi mente viaja y me quedo sola,
sin sol y sin luna.
Ahora solo tengo un mar
desierto en mi alma,
Huyo, huyo, huyo
de esta cárcel que arrebata
mis sueños,
que recuerda minuto a minuto
mis errores,
mis pecados, mis delitos, mi todo.
Al fin huyo y siento la adrenalina
correr por mis venas
llenas de esperanza,
de volver a intentarlo una y otra vez.
A todas las almas que no vendrán
Niño, tú que viste la luz
en el vientre de tu madre,
fuiste hoja que flotaba
en el océano nupcial de la vida.
Niño, tú que sentiste el sonoro
latir de tu madre y te apiadaste.